martes, 26 de abril de 2016

ADICCIONES, ¿SIEMPRE LESIVAS?




Ciudad de México, 29 de Abril de 2016
Introducción

     Verónica Guerrero Mothelet, tiene diversas publicaciones en la revista editada por la UNAM ¿Cómo ves?, entre los temas publicados se encuentra ¿Adiós al Hubble?; en la parte final de este artículo se ostenta a Verónica como “periodista, divulgadora y traductora; (quien) publica artículos e imparte talleres sobre los nuevos paradigmas de la ciencia”, sin embargo, es necesario mencionar que en ningún lado se encontró una cédula profesional de México que la aluda como periodista o como traductora, eso no quita lo valiosos del texto que ocupa lugar en este trabajo en el que se hablará de la adicción o, como ella decidió llamarlo, “ El cerebro adicto”.

Cada que encontramos un texto, vale la pena preguntarse si lo que dice, influye en nuestro pensamiento, cuando hablamos del cerebro adicto, probablemente el lector se remita, al igual que la autora, a drogas que modifican la química cerebral y lesionan la mayoría del organismo, quizás vengan a la mente la cocaína, la mariguana, la heroína, el alcohol, el tabaco, entre otras que se asocian fácilmente con el crimen, la violencia o transgresiones de ley, sin embargo, existen otras drogas que no son cuestionadas o satanizadas por el estado, incluso les dedican políticas de producción específicas para que no sean molestadas con artículos periodísticos o científicos en los que se hable del daño que causan, el azúcar y la comida chatarra son ejemplo de ello o el chocolate que es bien visto en gran parte del mundo, aún con sus dotes estimulantes; por esas razones se lanza al aire la pregunta: ¿Son siempre lesivas las adicciones?, en el presente escrito se pretende generar esa pregunta en el lector, inicialmente se hará un pequeño resumen de lo que se lee en el artículo de Guerrero Mothelet, asimismo se hará mención del tratamiento que proponen los especialista que ella cita, posteriormente se dirán algunas apreciaciones personales con respecto a su afirmación: “la drogadicción es una enfermedad”, también se harán algunas consideraciones con respeto a la adicción en otros terrenos, como en el consumo de la comida y el azúcar, por último, se aportarán datos de posibles tratamientos propuestos por Elsa Punset en el programa “redes”. .

El cerebro adicto

     Antes se reconocía a la drogadicción como un asunto de voluntad o de moral, pero en épocas más recientes la perspectiva ha cambiado, “dado que actúa en el cerebro modificando la química del mismo se le considera una enfermedad”, ante esa nueva perspectiva, también se requiere un tratamiento como el que se prodiga en el caso de otras enfermedades, como la diabetes, Verónica (2015) hace referencia a Nora Volkow quien actualmente es directora del NIDA (National Institute on Drug Abuse); Nora observó que las drogas actúan en diferentes partes del cerebro y pudo encontrar la causa física de la dependencia a las drogas.

     Verónica cita en múltiples ocasiones a María Elena Medina Mora Icaza, en este primer momento para apoyar su afirmación: “la adicción es una enfermedad”. En un segundo momento, para expresar los efectos en el cerebro al consumir algunas drogas como la nicotina, el alcohol, los inhalantes y la cocaína, asimismo mencionar las consecuencia en la mayoría de órganos corporales después de ser asiduo consumidor.

     Después cita a Rubén Baler, científico de la salud de la Oficina de Políticas Científicas del NIDA, para abundar en los perjuicios del uso de droga en el cerebro, aclarando que cuando el cerebro inicia con la adaptación a las sustancias “aparecen los primeros signos de dependencia”, cuando se abusa de ellas (las drogas), se altera el “tallo cerebral” quien controla el ritmo cardíaco, la respiración, el sueño y la corteza cerebral y “el sistema límbico” donde se encuentra el circuito de recompensa y  se procesan las conductas que permiten la supervivencia, en otra etapa cuando ha ingresado la droga al cerebro obstaculiza la comunicación entre neuronas, es decir el tránsito de los neurotransmisores en las sinapsis; así que dependiendo del tipo de droga, se observa una conducta distinta como resultado del efecto en la sinapsis, la mariguana y heroína son similares a los neurotransmisores naturales, pero las anfetaminas y la cocaína producen neurotransmisores en cantidades excesivas generando una intensificación en la sinapsis, de ahí que exista una excitación o sobreactividad en el adicto.

     A fin de cuentas, la mayoría de drogas actúan en la dopamina que desempeña un papel primordial en la sensación de placer y recompensa, el cuerpo se acostumbra al exceso de dopamina y cada vez la requiere más, ya no hay forma de llegar al placer de manera natural, por lo tanto, si hay abandono de la sustancia de manera temporal aparece el síndrome de abstinencia, conduciendo a la apatía y a la depresión.

     Otro de los neurotransmisores dañados es el glutamato que afecta directamente a las funciones cognitivas y de aprendizaje, propiciando asociaciones de ambientes o circunstancias, con el consumo, permitiendo así, un condicionamiento clásico (como el del Dr. Pavlov con sus perros) en el que la repetición del ambiente avocará la necesidad automática de la droga, por lo tanto, la dependencia es el intento de adaptación por parte del cerebro ante los niveles anormales de neurotransmisores.
Verónica no deja de lado otro factor de riesgo, el contexto, mientras sigue citando a Baler, aporta una lista que va desde la conducta temprana del consumidor, la relación con padres y amigos, cohesión comunitaria, hasta la pobreza y disponibilidad de la droga; comenta que la dependencia física variará porcentualmente marcando diferencias entre cocaína o nicotina, dado que es permitido social y legalmente conseguir esta última.

     La adolescencia es un factor de riesgo para convertirse en adicto debido al desarrollo del cerebro aún no finiquitado en esta etapa del crecimiento, por tanto, más vulnerable en sus sinapsis y producción de dopamina, aunado a esto, la toma de sediciones aún no se hace con plena conciencia o raciocinio, sino por impulso y emociones.

     Otro factor importante es la asociación que existe entre las adicciones y las enfermedades mentales, ya sea por causa o por efecto, bien puede ocurrir que niños fóbicos o ansiosos lleguen a la adolescencia y si consumen alguna sustancia, pueden asirse de ella, más que aquellos que no tenían trastorno de ansiedad o fobia en su tierna infancia, o, como efecto a largo plazo, podría observarse que algunos que en etapas tempranas de la vida consumieron mariguana, aumenten el riesgo de padecer depresión o esquizofrenia en la edad adulta.

     La autora menciona la adicción sin sustancia, refiriéndose a la que surge ante la comida, el sexo o los juegos. Es importante aclarar que las consecuencias no sólo son físicas, sino también sociales, un adicto puede infringir la ley, ser violento ya sea intencionada o no intencionadamente, afectan directamente al núcleo familiar en su calidad de vida, emociones, economía y las relaciones interpersonales que establecen con el entorno.

Tratamiento desde su punto de vista

     Debido a lo anteriormente expuesto, se perciben necesarios la prevención o, en su defecto, el tratamiento:
Como prevención el citado autor Baler recomienda evitar lo negativo como la delincuencia, la pobreza extrema, la mala nutrición, la falta de ejercicio y dirigirse a un estilo positivo de vida donde exista un ambiente saludable; la doctora Medina Mora asegura que un control de venta de esos productos y la protección al sector de adolescentes, serían un avance a la solución.

     En el texto se recomienda como tratamiento, modificar el sentido de recompensa, sustituir la adicción a la mariguana, cocaína o inhalantes por una adicción nueva: los fármacos, acompañados de terapias cognitivas conductuales, asimismo, influir en el ambiente, es decir, una terapia multidimencional.

     A grandes rasgos, esto es lo que hubo explicado la Autora.

¿Enfermedad?

     Con respecto al concepto enfermedad, en el artículo se afirma: “dado que actúa en el cerebro modificando la química del mismo se le considera una enfermedad”, es posible que se requieran más elemento para referirse a ENFERMEDAD “La OMS (2014) define enfermedad como ‘Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible’.
La enfermedad es la alteración leve o grave del funcionamiento normal de un organismo o de alguna de sus partes debida a una causa interna o externa’. Se entiende mejor, ¿verdad? Nos quedamos con que la enfermedad es la alteración del funcionamiento normal de nuestro cuerpo.

     Esta nueva definición indica que la alteración es leve o grave. Si es leve, puede que el enfermo aún no sepa que lo es. Después de todo, muchas enfermedades cursan sin síntomas aparentes. Por eso aprovechamos para recordad que es más que recomendable someterse a chequeos periódicos cada cierto tiempo. La detección precoz es uno de los mejores aliados en la lucha contra la enfermedad” (elblogdelasalud.es, 2014).

     A partir de lo anterior se podría apreciar, que la drogadicción podría NO ser una enfermedad, porque si hemos de considerarla enfermedad a partir de que hay modificaciones en el cerebro, el organismo y la conducta, bastará ver que por lo menos tres veces al día, si comemos, padeceremos estas modificaciones, así que todo ser humano y animal no humano, está continuamente enfermo; podría argumentarse que la definición de enfermedad incluye el hecho de que esos cambios químicos lesionan órganos del cuerpo causando problemas de salud, para tales efectos se puede aportar la cifra encontrada en el vídeo ADICCIÓN A LA COMIDA – DOCUMENTAL EN ESPAÑOL (2015), “3000 000 de personas mueren por mala alimentación”. Otro dato relacionado con el Azúcar (sustancia poco cuestionada en sus políticas de producción)es, que en 2012 fallecieron 1,5 millones de personas como consecuencia directa de la diabetes. Más del 80% de las muertes por diabetes se registrarán en países de ingresos bajos y medios en 2030 (OMS, 2015). En contra parte, en el año 2013 murieron 187 100 por consumo de drogas (20 minutos, 2015).
Si establecemos las comparaciones correspondientes de muertes por año, las causadas por drogas criminalizadas están por debajo de las ocasionadas por diabetes y mala alimentación.

     La discrepancia con respecto al término enfermedad no necesariamente es para contradecirlo, pero sí, para manifestar la necesidad de extender honestamente el calificativo “ENFERMEDAD” a los actos cotidianos como alimentarse en exceso o comer azúcar, dado que al comerla, se generan picos de producción de insulina por el páncreas, dañando de esta manera el funcionamiento de todos los órganos, generando problemas de salud y la muerte.

Otros datos curiosos con respecto a lo NO TAN DAÑINO

     David Nutt en el programa de Redes (2013) menciona algunos detalles que pondrían en duda la malevolencia de las drogas en todos los casos, un punto en común con el artículo de Verónica es el uso de la mariguana y los daños que genera en el organismo, Nutt afirma que se ha sido injusto con el cannabis, menciona que la persecución contra el consumo de esta planta se fortaleció cuando fue abolida la ley seca, dado que los cuerpos policíacos se quedarían prácticamente sin trabajo, era necesario transferir del alcohol a otro producto las acusaciones para mantener el empleo, el cannabis se convirtió en blanco fácil dado el alto volumen de consumidores, así que la estrategia, fue EXAGERAR los daños que la mariguana propina al cuerpo, otro dato a recuperar es que, al año se gastan en Europa 800 000 000 euros en servicios de seguridad por criminalizar a los consumidores de Mariguana. Situación parecida a la ocurrida con la prohibición del LSD por situaciones políticas y no por reales motivos de salud .

Nutt, aporta una tabla de comparación de daños que causan las drogas, en la que se evidencian dos tipos de daños, al consumidor y a la sociedad, es evidente que el alcohol supera a las demás drogas de la tabla seguido de la heroína y el Crack, vele mencionar que los esteroides anabólicos se encuentran en la lista.

Se podría dar el caso en el que no se criminalice nuevamente el consumo del alcohol, ni pensar que se persiga la distribución a pesar de lo lesivo que resulta para la salud, sin embargo, no todos colocarán esta tabla públicamente, mucho menos en una revista patrocinada por bebidas y en el caso de artículos verdaderamente científicos, procurarán enfatizar la causa de daños en otras drogas.
















¿Sin sustancia?

     Se puede comentar que en el artículo de Guerrero Mothelet en un recuadro nombrado “adicción sin sustancia”, se habla efímeramente de aquella adicción a la comida, el sexo y los juego, surge una polémica con respecto a la AUSENCIA de sustancia, ¿cómo concebir esa afirmación como cierta?; en concordancia con el documental ADICCIÓN A LA COMIDA – DOCUMENTAL EN ESPAÑOL (2015), existe también una modificación química en organismo y en el cerebro a partir del consumo de grasas, generando más placer que en el consumo de otros alimento, recordando un poco el vídeo de Azúcar, veneno de la élite mundial para controlar a las masas (2013), pudo observarse en un estudio dirigido por Serge Ahmed del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, con ratas a las que de inicio se les había suministrado cocaína y después agua azucarada, que “el 80% de las ratas se decantaron por el agua azucarada en lugar de la cocaína”. Con base en estos detalles, es posible suponer que existe una adicción SIN SUSTANCIA, pero NO asegurarlo, dado que la dopamina y otros químicos en el organismo se ven modificados constantemente ante diferentes estímulos, de ahí que existan adictos al trabajo, a los juegos, A LA COMIDA y al azúcar.

     El azúcar y comida son sustancias de cualquier forma, sin embargo, la dopamina se ve afectada con la ludopatía o los deportes extremos, ¿la dopamina no es la sustancia misma?, ¿el ser humano no es sustancia?

Algunos acuerdos con respecto al tratamiento

     Verónica citando a Baler recomendó evitar lo negativo y dirigirse a un estilo de vida positivo, retomando a la doctora Medina Mora, cabría la posibilidad de mejoría de un problema como la adicción, monitoreando y controlando la venta de productos, por últimos habla del uso de fármacos aunados a una terapia conductual cognitiva.

     Cuando se hubo revisado la programación de redes N° 145 y N° 148, específicamente en la cápsula “La mirada de Elsa”, pudo encontrarse algún vislumbre de tratamiento que se acerca a lo propuesto por la periodista Verónica.

      Se propone estimular las emociones en situaciones similares en las que se formaría una dependencia, por ejemplo, se entiende que muchos adolescentes se vuelven adictos al consumo, por su necesidad de relacionarse con el grupo de iguales en un antro de manera continua, se sospecha que la adicción fue el condicionamiento por las relaciones que se establecen más que por la droga, entonces, generar actividades emocionantes con grupos de amigos en horarios continuos, deportes, salidas, viajes, servicio voluntario y el ayudar a otros podrían ser benéficos para disminuir el consumo.

     En otro momento Elsa Punset entrevista a un monje tibetano quien recomienda la meditación; lo llamativo de sus comentarios es, que hizo referencia a la introspección, a lo que cada ser humano percibe de sí mismo, del cariño que siente hacia su propia persona, la importancia de tener contacto con el ambiente natural tal como ocurre con las personas que viven en el Tíbet, donde las relaciones interpersonales se cultivan estrechas, con valores diferentes a las aplaudidas en el mundo occidental, cuyo valor individual depende de la economía y no de la belleza interior.

Conclusión

     El objetivo era revisar brevemente el artículo “El cerebro Adicto”, escribir algunos efímeros puntos de vista con respecto a su afirmación “la drogadicción es una enfermedad” y aportar otras apreciaciones personales con respecto a la adicción al azúcar y la comida.

     Pudo revisarse el artículo de Verónica, para hacer un resumen, se logró buscar información en la que se define enfermedad, fue posible localizar vídeos que hablaran de la adicción a otras sustancias que no son drogas e incluso se encontró información relacionada con el tratamiento.

     La palabra enfermedad puede aplicarse al uso de drogas, pero también al del consumo del azúcar y alimentos, incluso a la ludopatía y la ejecución constante de juegos extremos, por las modificaciones que generan en el organismo y la posibles problemáticas de salud que eventualmente propician.

     Se dedicó un espacio para hablar de lo “NO TAN DAÑINO”, porque se da el caso en el que algunas drogas no lesivas como el LSD son satanizadas por cuestiones políticas o económicas y se especificó el caso de la persecución hacia el Cannabis a partir de la abolición de la ley seca.

     Se explicó que el tratamiento es importante para disminuir la problemática de adicciones desde el control social hasta un autocontrol y una mejor autopercepción.

     Cabe mencionar que en cuestión de adicciones, valdría cuestionarse si ¿son tan lesivas como las pintan? Eso depende del tipo y grado de adicción, también, esa respuesta está supeditada al producto, droga, alimento o fenómeno al que se esté siendo adicto.

Referencias



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Atrévete a saber. (2013). Redes 145: Moléculas que enganchan-drogas. [Vídeo]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=BWqDMi765kg Consultado 14/04/16.

Centro de prensa, Diabetes. OMS, 2015. Nota descriptiva N.º 312. Recuperado de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs312/es/

Guerrero Mothelet,Verónica. (2016) ¿Adiós al Hubble? ¿cómo ves? Revista de Divulgación de la ciencia de la UNAM. Recuperado de http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/82/adios-al-hubble
Guerrero Mothelet,Verónica. (2016) El cerebro adicto. ¿cómo ves? Revista de Divulgación de la ciencia de la UNAM. Recuperado de http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto
Información Visual. (2013). Azúcar, veneno de la élite mundial para controlar a las masas. [Vídeo]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=MNVNghI0FIU Consultado 14/04/16.

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La ONU cifra en 187. 100 las muertes en el mundo debido al consumo de drogas. (26/06/2015) En: 20 minutos. [versión online] Edición España. Recuperado de: http://www.20minutos.es/noticia/2499030/0/onu/informe-mundial/drogas-2015/ Consultado 19/04/16.

Sánchez Alejandra y José Antonio Cordero. (2009). “ La banda de las Recodas Vs. Las adicciones”. Gregoria la Cucaracha. D. F.: Canal 22, ICyTDF y UACM.

Universidad de Navarra. (2012). El cerebro adicto; un vídeo divulgativo de la Universidad de Navarra. [Vídeo]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=uLJVlNdluDw Consultado 12/04/16.


¿Por qué el tema?

     La elección del tema se debió a que las adicciones son una constante en mi vida cotidiana, es común ver a adolescentes inhalando, tomando o fumando, si bien, los otros temas propuestos son llamativos, las cifras y datos me parecen más tangibles, sabiendo que gente cercana se encuentra inmersa en la adicción.
¿Desde dónde empecé?

     Para empezar a escribir, partí del supuesto equivocado de que la autora del texto había hecho una copia fiel de un vídeo visto con anterioridad, llamado “El cerebro Adicto” dirigido por la Universidad de Navarra, así que me pareció conveniente desmentir o confirmar mi supuesto, al inicio sólo quería hacer una comparación entre el vídeo y el artículo para establecer las diferencias, pero a lo largo de la lectura surgieron otras inquietudes.



 


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